Amazon, monopolios, monopsonios y economía de la atención

abril 23, 2012

Si te gusta entender y analizar los modelos de negocio en internet, este post te va a interesar (espero).

En un detallado artículo, Charlie Stross explica el posicionamiento de Amazon en el sector de los e-books, y cómo afecta tanto a editoriales como a consumidores.

Por un lado, el análisis que realiza sobre el papel de Amazon en la industria de los libros parte de su entrada en un mercado maduro y carente de innovaciones, en donde revoluciona las relaciones entre productor y consumidor mediante su desintermediación a través de la web. Además, este modelo conlleva una ventaja en la gestión de stocks frente a las librerías tradicionales. Hasta ahí nada nuevo: Otros muchos lo han hecho y lo harán, deshaciendo industrias vigentes en el siglo XX, pero que ahora han perdido su razón de ser.

Pero además, destaca que el posicionamiento en e-books de Amazon (a través de su Kindle+tienda) lo convierte en monopolio de cara al consumidor (ya que, teniendo la mayor oferta, es bueno comprarse un Kindle… aunque implique depender de Amazon para comprar libros), y monopsonio de cara a las editoriales (desde el momento en que la gran mayoría de lectores a través de e-books lo son de Amazon, la editorial deberá orientarse ‘con más cariño’ hacia este consumidor).

Hasta aquí los datos objetivos del artículo. Sin embargo, es muy interesante el debate que se suscita (no hay más que ver el nº de comentarios) acerca de lo planteado en el análisis.

Uno de los debates que se abren es acerca de si realmente estamos en/vamos a un mercado de e-books controlado completamente por Amazon

Evidentemente, la gran mayoría de autores no se puede permitir saltarse a Amazon y actuar como F.J. Rowling. Tampoco invertir un tiempo (y dinero) sustancial en actividades de difusión y promoción, como Eva García. Por eso ha venido existiendo una industria ‘densa’ que aportaba cierto valor en este mercado. Cualquiera puede editar un libro ahora y ponerlo en internet o en la calle… pero seguramente necesite ayuda para posicionarse.

Tampoco el lector medio se va a preocupar (al menos, a día de hoy) de transformar archivos, saltarse DRMs o hackear dispositivos: Con un Kindle, es muy probable que el 99.9% de las personas compre exclusivamente en Amazon. Y que ni siquiera se planteen que no se posee el libro de la misma manera que los que tenemos en casa.

Entonces, la paradoja con respecto a lo afirmado por Charlie Stross en su artículo es que, de facto, Amazon actúa como intermediario (tanto para el creador como para el comprador) gracias a su posicionamiento y a la economía de la atención, que se produce por nuestra incapacidad de gestionar satisfactoriamente la economía de la información. Pero es una intermediación que aceptamos más voluntariamente que la clásica de la industria de contenidos, donde hasta hace poco era obligatorio aceptar sus condiciones para crear/consumir.

El hecho, por tanto, no es que no podamos saltarnos el monopsonio/monopolio de Amazon. Lo podemos hacer perfectamente:

– Las editoriales podrían obviar el DRM, generar sus propias tiendas online, desintermediar con retailers, etc.
– Los retailers podrían fabricar su propio dispositivo, actuar de editores con los autores,
– Los lectores podrían comprar otros dispositivos y acudir a la tienda de Amazon sólo a veces. O bien comprar en otras tiendas para leer en Kindle, y todas las posibilidades que se nos ocurran.

Seamos vendedores, autores o consumidores lo podemos hacer. Esto, que hoy resulta más sencillo debido a las posibilidades de negocio que ofrece internet y sus tecnologías asociadas, no lo era hace muy poco tiempo, donde un monopolio/monopsonio era muy difícil de deshacer.

La cuestión es si nos interesa o no hacerlo. La ventaja del pionero ha brindado un posicionamiento clave a Amazon; los efectos de red y los costes de cambio hacen que sea complicado cambiar este escenario.

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