¿Cómo construir un equipo exitoso? – Proyecto Aristoteles (II)

mayo 28, 2018

NOTA: Este post es la continuación de «¿Qué hace a un equipo exitoso?»

Los 2 años de trabajo para averiguar las claves de un equipo exitoso sólo fueron el principio del proyecto Aristóteles. Ahora se trataba de propiciar la creación y funcionamiento de esos equipos en Google.

La idea era establecer una guía práctica y clara para favorecer los «entornos psicológicamente seguros». Una guía completamente implementable por las personas.

Para ello, se habían identificado las normas grupales más críticas para crear esos entornos (que todo el mundo participe de manera equitativa en el equipo -«conversational turn-taking«-, y ser conscientes del estado anímico de los demás -«average social sensitivity«-), pero no se tenía una idea clara de cómo favorecer en un conjunto de buenas prácticas o en una guía operativa la implantación de esas normas que traerían la creación de los entornos seguros.

Entonces, se decidió abrir el proceso: Presentar los resultados parciales del proyecto a ciertos grupos de la empresa, para recibir feedback y tratar de dar un nuevo impulso a la creación de equipos.

Uno de los equipos que se involucró en la búsqueda de la creación del entorno seguro reveló un aspecto clave para la creación de estos entornos. Se trataba de un equipo con problemas, en el que no había una comunicación efectiva ni se tenía claro el sentido final de su trabajo en la empresa. Comenzando por el responsable, los miembros del equipo decidieron compartir experiencias personales desconocidas para el resto. Esto contribuyó a crear un entorno de confianza, en el que la comunicación abierta y la empatía favorecían que el entorno fuera «psicológicamente seguro».

La idea subyacente en estos entornos es que el trabajo no debería ser un paréntesis en mostrarnos como somos. Los equipos trabajan mejor estableciendo relaciones sólidas y honestas, y esto sólo se sostiene cuando cada uno puede comportarse como realmente es sin temor ni reticencias.

Lo que parece una obviedad (trabajo mucho mejor en un entorno de confianza, comunicación y comprensión), fue ratificado en el proyecto Aristóteles por datos. Y esto redundó en una ayuda para convencer a los equipos de que crear estos entornos es en sí mismo bueno. Por eso, el valor real del proyecto no fue tanto (o sólo) el resultado (cómo crear equipos exitosos), sino el haberlo ratificado mediante el análisis del comportamiento con datos reales.

¿Parece fácil, verdad?

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