Teoría de la Empresa (3) – Ostrom

junio 13, 2011

Compartido con Williamson, Elinor Ostrom recibió el Premio Nobel de Economía en 2009 por su análisis del gobierno económico, especialmente en lo que se refiere a los ‘bienes comunes‘. Antes de empezar con las aportaciones de Ostrom conviene aclarar un poco este concepto de ‘bienes comunes:

Los recursos de propiedad común (common-pool resources, CPRs) son aquellos a los que tiene acceso más de un individuo, pero donde el consumo de cada persona reduce la disponibilidad de recursos para el resto. Ejemplos de este tipo de bienes/recursos son los bosques, minerales, peces, alimentos, agua, pastos, etc., así como el aire o los océanos, a gran escala. Algunos recursos comunes existen debido a la propia naturaleza tecnológica del recurso, que impide que se pueda controlar su uso y, así, se pudiera privatizar o restringir su acceso. Sin embargo, hay otros que sí pueden privatizarse de manera que se pueda controlar su uso y, así, obtener beneficios por su uso. Por ejemplo, los pozos de agua o petróleo suelen estar bajo tierras con diferentes propietarios. Aunque estos propietarios podrían beneficiarse de la explotación del recurso bajo una empresa común, la división de los beneficios puede ser un asunto problemático que impida el acuerdo. Por eso y, en general, una combinación de factores institucionales y de la propia naturaleza del recurso hace que este tipo de recursos suelan ser gestionados como una propiedad común.

La investigación económica sobre este tipo de recursos ha solido dar 2 soluciones a la gestión de los mismos: En primer lugar, la privatización (EMPRESA): Las diferentes formas de privatizar uno de estos bienes vendrán dadas por las tecnologías disponibles para la medición y control del uso del bien. Por ejemplo, si una monitorización del uso es excesivamente cara, la privatización puede requerir la concentración de la propiedad en uno o unos pocos agentes.

Otra opción es que el gobierno centralice la propiedad (ESTADO) e imponga una tasa por su uso. Esta solución implica que a los usuarios se les priva del derecho de representación y/o voto en la gestión. Mediante esta solución y, en la situación ideal de un coste 0 para la monitorización y conocimiento total de las preferencias de los usuarios, dicha tasa impuesta sería la misma que el precio en un mercado eficiente.

Según Coase (1960), esta segunda opción (ESTADO) sólo funciona en la teoría ya que pasa por alto los costes de transacción: En ausencia de estos costes, la tasa es una solución correcta, pero también en este caso la intervención del gobierno es innecesaria (los acuerdos privados serían eficientes). Por eso, para Coase, ya que los costes de transacción existen con cualquier forma de gestión, el objetivo debería ser conocer dichos costes y establecer el modelo que mejor aplique (mercado, empresa o gobierno).

Ostrom propone una tercera vía, hasta entonces descartada por la mayoría de la literatura: Se trata de mantener el recurso como una propiedad común y permitir a los usuarios crear su propio sistema de gobierno. Mediante numerosos trabajos de campo realizados por la propia autora, y mediante el estudio y comparación de otros casos de gestión de CPRs, Ostrom concluye que la gestión por los propios usuarios redunda en beneficios aceptables, frente a los problemas que tiene la gestión del gobierno (debido, principalmente, al desconocimiento de los detalles de necesidades de uso y características del recurso). Así, propone 8 reglas para la gestión exitosa de los CPRs:

1) Definir claramente quienes son los usuarios con derechos de uso
2) Las reglas de uso y resolución de conflictos deben adecuarse a las condiciones locales
3) El deber de cada individuo respecto al mantenimiento del bien deberá ser proporcional a sus beneficios
4) El control y las sanciones deben gestionarse por los propios usuarios o bien por alguien que sea responsable ante los mismos
5) Las sanciones deben ser graduales: Superiores para incumplimientos repetidos
6) El gobierno es más exitoso si los procesos de decisión son democráticos (los usuarios pueden participar en la modificación de las reglas)
7) Los mecanismos de autogestión son reconocidos y respetados por las autoridades
8 ) Para CPRs a gran escala, se propone una organización con varias capas en cuya base se gestionen los CPRs locales.

Las aportaciones de Ostrom valoradas para el premio se centran en el cuestionamiento sobre la creencia tradicional de que la gestión que realizan los propios usuarios de bienes comunes de dichos bienes se realiza defectuosamente y, por ello, deben ser privatizados o gestionados de manera centralizada por una autoridad. Ostrom se basa en estudios empíricos sobre la gestión de bienes comunes para concluir que los beneficios de dicha autogestión son mayores que los que predicen las teorías existentes.

Así, Ostrom se sitúa en una linea cercana al Teorema del Coste Social de Coase, ya que se centra en soluciones a fallos del mercado que no necesitarían la intervención del Estado. La solución se plantea como una salida al problema de las externalidades sobre los bienes comunes, donde Williamson proponía a la Empresa como solución y Ostrom plantea que son otros ‘entes’ (desde la autogestión: Ni empresa, ni Estado) los que darían solución a estos problemas.

La relación entre los 2 galardonados en el Nobel de 2009 aparece ahora más clara: Ambas propuestas (Williamson, Ostrom) son complementarias en cuanto que el primero se centra en el problema de regular transacciones que no cubre el detalle de contratos o leyes, mientras que la segunda se centra en el problema aislado de la aplicación (en cuanto a ‘hacer cumplir’) de las normas.

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